Primeros días en Grecia
Despedir el año en Grecia es sin duda un privilegio, y si es con el grupo que en esta ocasión nos acompaña, mucho más si cabe.
Ganas de reír, de pasarlo bien, de disfrutar de cada momento, y una ilusión en descubrir lo que Grecia nos ofrece a lo largo de este itinerario que hemos preparado.
La Acrópolis nos recibió con un estupendo día soleado, como muchos ya sabéis, se trata de una colina escapada con una cima Llana en pleno corazón de Atenas, en ella se encuentran los restos milenarios de construcciones que llevamos viendo en libros de texto desde el colegio, el partenon, el templo de Erecthlon, el pórtico principal, etc. Se trata de un recinto pequeño en el que impresiona la combinación de la arquitectura clásica griega con el paisaje montañoso y urbano que se extiende desde nuestros pies.
De ahí visitamos el Museo, que guarda muchos elementos decorativos que se encontraban en la Acrópolis, lo que no sabíamos era lo que nos esperaba en la cocina de Nico.
A unos 10 minutos estaba la Academia de cocina donde se nos entregó gorro y delantal, un elocuente chef nos explicó en griego lo que íbamos a hacer, mientras nuestra intérprete nos iba indicando. La preparación del pan, una musaka tradicional, ensalada griega y un baklaba de postre llevó tiempo, pero mereció la pena. No parecía que iba a salir tanta cantidad de comida y casi que no pudimos con todo.
Tarde libre y cita para salir a cenar por el centro de Atenas. El barrio céntrico tiene mucho ambiente, repleto de tiendas de moda, restaurantes, pubs, cafeterías, terrazas y mucha gente paseando.
Segundo día:
Hoy salimos a recorrer el Peloponeso, parando en el estrecho canal de Corinto, continuando hacia Epidauro, Micenas y Napflio para terminar tras un largo viaje en Olimpia. Impresionados por la espectacular tumba de Atreo y la fantástica puerta de los leones, nos trasladó al momento histórico donde finaliza la prehistoria y comienza la historia. Otro componente del viaje que causa mucha sorpresa es la comida, tanto por su calidad como, y especialmente, por su cantidad. Tanto es así que hemos tenido que solicitar que se sirva una mejor cantidad para evitar el mal trago de quedar saciado cuando la mesa aún rebosa de excelentes platos de cocina tradicional griega.
Tercer día:
